Cualquier aficcionado al fantaterror británico sabe de sobra quién es Nigel Kneale: un guionista como la copa de un pino y sin lugar a dudas uno de los mejores en su género.
Kneale adaptó para la pequeña pantalla la novela homónima de Susan Hill a finales de los ochenta. El resultado es una extraordinaria película de fantasmas en la mejor tradición victoriana. Aquellos que gustan del terror atmosférico, sembrado de paisajes brumosos, casas abandonadas y sonido de pasos en la planta de arriba, tienen en este The woman in black toda una mina; para el resto, una pequeña joya (que no es poco).
Una estupenda película de terror en cualquier caso con remake a la vista.
PD: la escena final es inolvidable.